(en una cajita de mundos, pertenecía hoy)

Sentada en aquella cama tan grande y tan roja se sentía re rara, porque tenía que salirse de su propia piel para meterse en otra, pero si no esta dentro de su propia piel a veces es imposible hablar de ciertas cosas, la piel de uno contiene las cicatrices, en la piel se hacen los callos y es la piel una armadura personalizada que como en esta página se puede modificar y deformar como mejor se quiera. De repente se sentía extraña porque tenía entre las manos la piel de alguien más, la piel donde venían escritas tantas cosas, tantas cicatrices, en la piel se marca la estética, en el pelo, en los ojos, en como nos pintamos, la piel lo es todo. Tiene esta otra piel entre las manos y la acaricia con mucha dulzura, porque guarda tal respeto y tal devoción por esta piel que ahora que esta entre sus manos casi ni se atreve a tocarla… Piensa que probablemente aquel otro personaje antes de irse a dormir soltaría unas risas, seguro ni en sus más salvajes sueños imaginaría lo que en ella había producido los breves párrafos regalados con anterioridad… Ni si quiera podía imaginarlo.