the end is the begining is the end

Solté su mano, era ese instante donde casi casi puede escucharse un clic bien pequeñito, pero puede escucharse. En ese momento todo cambia y como una presa rebozada se deja correr todo lo que se tiene cautivo dentro. Miles de ríos en solo un par de ojos, borbotones de recuerdos que culminan en ese acartonado silencio que caracteriza las despedidas. Clic, clic, sigo escuchándolo cuando evoco ese instante y solo con esa palabra me entiendo. Me pregunto si todas las despedidas sonarán iguales.
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